Las sugerencias que se dan a continuación implican varios de los tipos de estrategias que se deben realizar para que la lectura sea eficiente.
PRELECTURA: ANTES DE COMENZAR A LEER
Observación del texto: inferir información del autor, la longitud, el año en el que fue escrito, el índice o tabla de contenidos, comentarios editoriales, etc. (es lo que se hace cuando se va a comprar o decide leer un libro).
Observación de las partes del texto (partes, capítulos, títulos, subtítulos) y si el texto es corto, título, autor y párrafos.
Inferir la idea central a partir del título y de la lectura del primer y último párrafo.
Verificar esta idea a través de la localización de palabras claves que la confirmen.
Establecer la idea central del texto:
Si la lectura es superficial, bastaría con preguntar de qué se trata el texto. Sin embargo, a veces esto no es tan fácil de determinar.
Para ello profundizamos haciendo un análisis del texto. Esto es lo que se hace cuando se lee para aprender: procesar información con una intención.
Lectura por párrafos:
Proceder a la lectura por párrafos. Si no se entiende en primera instancia, relacionar lo que se capta con la idea central preconcebida producto de la prelectura y con nuestros conocimientos previos.
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